Antoine Sartre muere atropellado en la estación de metro de Denfert Rochereau en París. La policía francesa concluye de forma apresurado que ha sido un suicidio. Lejos están de imaginar que este hecho luctuoso está relacionado de forma directa con la colisión del Alejandría y el Mesana en aguas del estrecho de Gibraltar unos meses atrás.

Jacinto Reyes, perito especializado en accidentes marítimos, cincuentón, bebedor, recién divorciado y un tanto escéptico con lo que le pueda deparar la vida, es enviado para tasar los desperfectos producidos en el Mesana. Lo que parecía a priori una investigación rutinaria se complica de manera espectacular por la aparición de una red mafiosa que intentará ocultar un secreto que atesora uno de los barcos implicados. Sin embargo no va ser éste su mayor reto porque en ese viaje, en el que regresa a la ciudad en la que pasó su juventud, tendrá que enfrentarse a una mujer a la que conoce demasiado bien, Alicia.

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viernes, 20 de noviembre de 2009

Segunda entrada

Tengo un pequeño negocio, con eso me voy ganando la vida. Cuando me piden un curriculum literario mando una hoja en blanco porque no tengo ninguno. Mi relación con el mundo de las letras es nulo. Con este bagaje decidme si tengo posibilidades de publicar. He estado pensando y he llegado a la conclusión de que el mundo editorial está montado al revés, sí al revés, porque yo en mi tienda tengo que buscar a los clientes y aquí poco menos que hay que estar mendigando para que te representen. Esa es otra: ¿por qué se llama agente literario y no representante? O mejor aún "apoderao" como en el mundo taurino.
Hoy tampoco he recibido respuesta de la agencia de Sandra Bruna, supongo que ya hasta el lunes como muy pronto no debo esperar contestación. Aprovecharé el fin de semana para seguir corrigiendo. Ya he perdido la cuenta de la de meses que llevo haciéndolo. Sin embargo soy de la opinión de que todo el tiempo que dediquemos a pulir la novela no es tiempo perdido. No hace mucho leí que cuando corregimos es cuando nos hacemos geniales. Bueno, algunos se hacen geniales, otros lo único que conseguimos es mejorar un poco. No sé si os ha pasado lo mismo que a mí, que tardé menos en escribir en una primera redacción que en rehacer y retocar.

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