Antoine Sartre muere atropellado en la estación de metro de Denfert Rochereau en París. La policía francesa concluye de forma apresurado que ha sido un suicidio. Lejos están de imaginar que este hecho luctuoso está relacionado de forma directa con la colisión del Alejandría y el Mesana en aguas del estrecho de Gibraltar unos meses atrás.

Jacinto Reyes, perito especializado en accidentes marítimos, cincuentón, bebedor, recién divorciado y un tanto escéptico con lo que le pueda deparar la vida, es enviado para tasar los desperfectos producidos en el Mesana. Lo que parecía a priori una investigación rutinaria se complica de manera espectacular por la aparición de una red mafiosa que intentará ocultar un secreto que atesora uno de los barcos implicados. Sin embargo no va ser éste su mayor reto porque en ese viaje, en el que regresa a la ciudad en la que pasó su juventud, tendrá que enfrentarse a una mujer a la que conoce demasiado bien, Alicia.

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sábado, 16 de enero de 2010

DEMASIADA ESPERA

Dentro de dos semanas se cumplirán tres meses desde que envié la sinopsis y un capítulo de mi novela a la agencia de Sandra Bruna. Ya no me levanto cada día esperando encontrar una respuesta, han conseguido aburrirme, y eso es lo que más me duele , que están acabando con la ilusión, con esa maravillosa ilusión de antaño. Terminé la novela en agosto y desde entonces no he conseguido engancharme a ningún proyecto nuevo. Tengo ganas de escribir , sin embargo cuando lo intento siento como si mis manos se resbalaran. Necesito personajes nuevos, una trama, situaciones en las que poder desplegar mi fantasía. He intentado llenar este hueco escribiendo un relato corto, pero no me acaba de llenar, necesito más espacio, adentrarme en profundidad en los protagonistas, irlos conociendo como si fueran reales para de esa forma sacar sus más íntimos secretos; en definitiva sentirme como un dios pequeño que crea un mundo a su medida.
¿Estoy defraudado? No, porque ya me esperaba algo así, más bien me encuentro vacío, desinflado, sin ese aliento que me ha mantenido vivo durante los más de tres años que he estado escribiendo en las horas más inverosímiles, con el vaso de güisqui cerca de mi mano, con el sueño rondándome y con la vista puesta en llegar a terminar ese capítulo antes de caer dormido.
Y todo para sentirme ahora como un teatro donde se representa una obra sin público.

4 comentarios:

  1. Antonio,

    ¿Y si en lugar de esperar a que una agencia te conteste, empezás a enviar mails a todas las agencias y editoriales que tengas a mano?

    Así sería más fácil encontrar alguna que se interese por tu libro, ;-).

    Un saludo,
    Alejandro.

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  2. Estoy de acuerdo con Alejandro. ¡Arriba ese animo! La agencia de Sandra Bruna no es la única. Vamos, pasa al plan B, empieza a enviar a otros lugares, a tocar puertas, a luchar por publicar tu texto que sin duda lo merece.

    Nadie dijo que seria fácil. Escribir es sólo la mitad del camino... Ahora, es cuanto tu novela más te necesita.

    Saludos.

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  3. Lo que esa agencia (es de suponer hace) es lo que hacen muchas otras, otra vez te lo digo, mandan y tantean si permiso del autor directamente a las editoriales y esperan la contestación del editor. El editor o las rechaza todas o igual hay suerte y elige del órdago una que le ha llamado la atención. O sea que ellos no eligen, elige el editor.

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